sábado, 9 de enero de 2010

Actualidad, Deuda Externa: "Pagar o no pagar… ¿esa es la cuestión?" - por Diego Bazan






No todos lo saben, pero, además de mi pasión por la filosofía, he destinado los últimos 5 o 6 años de mi vida a trabajar en el rubro del Comercio Exterior. Hoy día tengo mi propio microemprendimiento en el rubro que ya esta por cumplir 2 años. El Comercio Exterior mixa economía y política, y claro, cultura. Desde que Karl Marx publico en 1867 el primer volumen del "El Capital", la realidad, el ser, se comienza a ver y entender desde la Economia; y la economia no es sino una Ciencia Social. Este cambio optico se volvio una exigencia para el siglo XX y XXI.

Hoy en día hay una preocupante discusión mediática fundamentalmente, y política sobre si se debe o no pagar la deuda externa con fondos de las reservas de BCRA. Desde la perspectiva del Comercio Exterior podemos decir lo siguiente:

Supongamos que una empresa de Libia (norte de África) desea comprar una planta llave en mano a un grupo de empresarios argentinos. Entre una cosa y otra, la planta sale USD 1.200.000 (un millón dos cientos mil dólares), y los empresarios argentinos van a tardar casi 1 año en suplir dicha planta al comprador. Para cerrar el negocio el tipo de Libia se viene a Argentina a firmar un contrato de compra venta que de cierre a la operación. Los asesores del empresario de Libia le informan la situación económica de Argentina y si nuestro país va a poder cumplir con el contrato en tiempo y forma, y si va a poder suplir la planta llave en mano. Van a observar las políticas internacionales que nuestro país ha tenido y su fortaleza industrial.

Que Argentina pague sus obligaciones exteriores con anticipación es un signo de estabilidad y un indicador de la confianza que se puede tener en la economía argentina como para cerrar un negocio por USD 1.200.00,00 (sino más). Esa solvencia que Argentina demuestra a los mercados permite la negociación y abre las posibilidades de comercio con países con altos standards, y que pertenecen a otros bloques comerciales, como por ejemplo: Libia. En un modelo económico como el que tenemos hoy (nos guste o no) de sustitución de importaciones y de exportación industrial, este signo de solvencia y confianza es fundamental, es estratégico, pues justamente permite alcanzar nuevos mercados a través de una negociación mas igualitaria, más competente e independiente. Esto se debe a que el nivel de endeudamiento y el modo histórico de este son indicadores macroeconómicos internacionales que sirven para evaluar las posibles alianzas y acuerdos bilaterales (comerciales y políticos) con un país.

Sucede lo mismo para el caso bursátil de los bonos que se emitieron años atrás como solución al default declarado por Rodriguez Saá en el 2001. El pago de la deuda permite posicionarse en el mercado bursátil de un modo mas igualitario con la posibilidad de conseguir un buen precio para la venta de bonos, ya que la previsibilidad económica da confianza para la compra de deuda. Por otro lado, esa venta de bonos permite vender deuda al extranjero para luego capitalizar la ganancia a plazo. Esta es la medida que permitió a Argentina salir del default y apalear la debacle que el último gobierno de la UCR nos dejó.

Ayer me sorprendí cuando escuche en TN al diputado Luis Zamora (quien en 2003 era favorito junto a la Lilita “Apocalipsis” Carrió, incluso por quien suscribe), decir que para pagar la deuda no había que usar las reservas disponibles, sino pedir un préstamo al FMI. Esto supone justamente volver a las condiciones del FMI, incrementar la deuda, resignar independencia con semejante nefasto organismo, y no hacer negocios para Argentina, sino hacer negocios para el FMI ¿Como? Pagándole el 15 % de intereses, en vez de pagar a interés del 1% mediante el uso de reservas.

Finalmente, ya fuera del planteo económico, no entiendo porque tanta negación a un gobierno que mal que mal ha tomado medidas económicas razonables, y cuyos frutos están comprobados. La Argentina tiene tasas de crecimiento inéditas. Creo que es innegable el crecimiento económico de la Argentina, que hay pobres, eso nadie lo niega (y seriamos muy estupidos si creemos que alguien va a resolver la pobreza con un chasquido de dedos); pero tampoco neguemos los avances y los aciertos.

Estamos llegando a un punto del debate político en donde el que no ve, es porque no quiere ver.



Diego Bazan